CUATRO MIRADAS – EL EJAD

CUATRO MIRADAS – EL EJAD

No es que tengamos cuatro ojos, es que tenemos que mirar las cosas desde cuatro ángulos y casi siempre miramos las cosas desde nuestro punto de vista referencial y practico, cotejándolo a nuestra experiencia, y no es así.

Por ejemplo: cuando decimos a Ejad, nos referimos a las personas que creen como nosotros, y no es así, un Ejad es cuando mirarnos en el contexto de todas las personas, puesto que cada persona hace una función necesaria en el campo del desarrollo de Universo, y el Universo es un Ejad.

Siempre nos basamos en lo bueno y lo malo y lo que nosotros consideramos que tienen valor, o las cosas preciosas y las que no lo son.

Les daré un ejemplo, pensamos que los desperdicios no tienen valor y los tiramos, pues ya no tienen beneficio para nosotros, ya no pensamos que fueron buenas cosas y nos rindieron servicio.

Luego las tiramos, pues para nosotros ya no tienen valor, pero para otros si tiene valor, pues se dedican a reciclar las cosas inservibles, sacan fortunas haciéndolas servibles de nuevo.

El desperdicio para uno no sirve, pero para otros son preciosos. Cuando yo miro las cosas desde arriba con otra mentalidad, veo que todo se puede transformar y todo se puede mejorar, y lo inservible se puede hacer servible. Este es la razón del Ejad.

Y si las miro desde mi nivel, ya no valen pues son inferior y me estorban. Si lo miro desde los dos lados van al basurero.

Todo lo que existe es por algo y para algo, cuando lo miro desde este punto de vista dentro de todo y en el todo, lo miro como se ven las cosas, con la mirada de arriba.

Si lo miro desde mi entorno y lo comparo, es la mirada de abajo, y si lo miro en posibilidades, lo miro desde los dos lados, malo y bueno, barato y caro y esto es relativo.

El primer punto que se ve de la mirada superior o de arriba es que todo tiene propósito y todo tiene el potencial de valer y ser lo mejor.

En segundo lugar nada es creado, porque todo siempre ha existido, todo se concibe, se desarrolla, nace, crece y da fruto.

Esto es en absoluto todo, sea para lo que sea.

Hemos aprendido términos como Karma, Tikún, Klipot, Rega, y muchos más, pero veo que son simples términos aprendidos y no vemos el sentido de la vida, que su proceso pasa por todo y aun esta en todos los niveles, en su trabajo de transformación o transformándose. Eso entendemos por reciclar, pasar un ciclo a otro.

Eso es Gilgúl y lo reciclado es Tikún. Nada se pierde, sencillamente pasa el proceso de transformación, nada es basura, ni nada es malo, todo está pasando por el proceso de trasformación y en esta metamorfosis es en donde  entra la ley de la eliminación para la selección, que se tiene que transformar y lo que es material usable.

Cuando yo veo un producto eliminado, inservible y sin ningún valor no lo pisoteo, pues allí veo el amor, trabajando pues allí está la vida. ALLI ESTA ÉL MISMO, PARA  LEVANTARNOS, PURIFICARNOS Y HACERNOS PRECIOSOS.

El amor – Ahaváh no es un sentimiento, es poder llegar a lo más bajo e inservible para hacerlo servible.

“Todo lo sufre, todo lo crea, todo lo soporta”. El Ahaváh no busca que piense como yo, o sea como yo, es cuando estoy dispuesto hasta llegar a cualquier nivel para que los que están en ese nivel suban cuando yo suba.

Este fue el principio del Mesías – Mashiaj que los cristianos olvidaron e hicieron una religión.

Esto lo vemos en las enseñanzas del Mesías – Mashiaj tales como la parábola del buen samaritano, y el mayordomo infiel.

Dónde están esos niveles que los Kabalistas llaman Peshat, Remez, Deras y Sod, la altura profundidad, anchura y longitud.

Estos son las cuatro miradas que tenemos que dar. Esto nos conduce al Ejad.

¿Dónde empieza todo esto? En tu mente en tus conceptos religiosos, en tu cultura, en tu moral.

En tu mente hay cosas muy preciosas que han entrado, pero ya son viejas obsoletas y necesitan reciclarse, transformarse.

¿Qué quiero decir con esto? Sencillamente que toda verdad tiene que concebirse en ti, nacer, desarrollarse y dar fruto y lo que no de fruto, tiene que reciclarse.

¿Qué es dar fruto? Es sencillamente que se engrane en el todo y ayude a desarrollar a todos. Y no solo a un grupo o pueblo a una fe o a una religión.

Ejad es todo, absolutamente todo en una sola  cosa, trabajando para que todo se mejore y llegue al estándar de su propósito.

Dr. Pedro R. Ortiz El Maestro Mensajero de Luz.

13 de Mayo del 2013.

Mensajerodeluz.com