EL AMOR # 2

EL AMOR # 2

Ahaváh

EL Amor no tiene ley, ni condiciones, ni exigencias, ni expectativas, ni espera recompensas, no espera agradecimiento.

¿Por qué? Es su naturaleza el dar, no conoce otra cosa sino dar. Espera y confía en nosotros, por eso cuando en los diez leprosos fueron en busca del Maestro para que los limpiara, Yashuah se maravilló, porque solo uno regresara a dar gracias.

Pues no era que El  esperaba recibir nada a cambio, sino que vio que el entendió el dar, que es la naturaleza del amor. Esta está integrada en su vida que reside en nosotros.

A Bartimeo, dijo que quería ver. Esto es lo que necesitamos, ver es mirar más allá de este sistema, la realidad de lo que son las cosas y no todo basado en condiciones y reciprocidad.

La mentalidad de este mundo esta grabada sobre estos principios. Por eso los matrimonios, familias y sociedad no funcionan, todo está basado en tabús y en reciprocidad, siempre se espera algo a cambio de algo.

Todos esperan algo a cambio de cada acción. Así no funciona el organismo de la vida en el sistema orgánico del espíritu del amor.

Este mundo ha puesto sus bases  en el secreto y todo lo esconde, pues tienen que esconderse las intenciones, pues lo rige la avaricia, la mentira,  la falsedad, la ventaja, el robo, el engaño,  la estafa,  para mantener un sistema esclavizante.

Lo que impera en este mundo es el secreto, avaricia, mentira, muerte robo, engaño,  esclavitud estafa.

Acá no se conoce el amor, pues este se tiene que vender e inclusive intercambiar, y al hacerse pierde su esencia y propósito.

La muerte rige en el ambiente, pues el más débil es el alimento del más fuerte, esto hace una cadena para la sobrevivencia, haciendo a este mundo una granja alimenticia.

¿Por qué este sistema?

Es muy sencillo, el deseo es insaciable, nada sacia, pues no puede, pues se ha dejado el valor por migajas y estas nunca satisfacen.

Solo hay un alimento que es la Luz – la Or y esta depende del amor.

Pero como acá rigen las condiciones y el amor es incondicional no llega nunca.

¿Entonces estamos perdidos? Claro que si, acá no hay remedio,  la Toráh lo dice.

¿Entonces qué hacer?

El hijo nos trajo la solución, la Toráh dice que el Padre nos amó dando a su hijo.

¿Qué quiere decir esto?

Que dio su vida. ¿Y qué es dar su vida? Es dar la solución de descender a lo que somos, bajar a nuestro nivel, retomarnos y subirnos, alumbrando el camino con su vivir más allá de la muerte, por la senda de la vida.

Él venció la muerte, demostrando que la vida no se puede detener, ni comprar, ni engañar, que sale de los sepulcros de la mentira y del temor.

Él es amor y el Padre  que nos busca donde estemos, pues allí en nosotros está la vida pegada a un cordel que se puede jalar hasta llevarnos a donde Él esta.

Ese cordel se llama Amor – Ahaváh.

El amor es su propósito y el nuestro, es nuestra esencia, nuestro poder, nada nos puede detener.

No hay ley, pues no hay condenación ni juicio, el amor no se juzga pues es perfecto, por eso nada nos condena, pues nuestra esencia y naturaleza es el amor.

El amor es Él en nosotros pasando Todo.

¿Quién juzga  al juicio? ¿Quién termina lo que ha concluido? ¿Quién condena lo perfecto y quien juzga lo qué ha pasado por todo juicio?

Eso es amor Ahaváh, Él en nosotros y nosotros en Él.

Ejemplo de vida, verdad, luz, todo al descubierto. Todo para todos, nada para uno, todo un Ejad..

DR. PEDRO R. ORTIZ. EL MAESTRO

Mensajero de Luz – Ivrá

24 de Junio del 2014

Traducciones por Eliyahu

Mensajerodeluz.com